Mi tesis examina, desde una perspectiva comprada, la historia social y cultural de la píldora anticonceptiva en España y Polonia en las décadas del 1960 y 1970. En estos dos regímenes, de signo ideológico opuesto (nacional catolicismo vs. socialismo de estado) pero que tenían en común una fuerte tradición católica (aunque con una posición diferente de la Iglesia Católica durante los respectivos periodos de dictadura y transición democrática), la píldora anticonceptiva tuvo un papel muy distinto.
En España, pese a la prohibición de la venta y divulgación de todos los métodos anticonceptivos y del aborto, que el dictador Franco instaló en 1941, la píldora empezó a circular a principios de los años sesenta, pero no como un método anticonceptivo, sino como un “regulador menstrual” – fármaco a prescribir en terapia de distintos trastornos ginecológicos. Como novedad farmacológica, promocionada intensamente por los laboratorios, y también como un nexo importante del debate en el mundo católico durante los años sesenta, la píldora fue ampliamente debatida en la prensa general y especializada en España. La presencia de este fármaco en los medios de comunicación y su creciente consumo por las mujeres, para las que fue el único método anticonceptivo altamente eficaz a su alcance hasta finales de los 1970 (aunque este alcance en la mayoría de los casos fue mediado por la prescripción médica), contribuyó a la progresiva apertura de un debate social acerca de la anticoncepción y la sexualidad, y a la fluidez y rapidez del proceso de la despenalización de la anticoncepción, concluido en 1978.
En Polonia, en cambio, el consumo de la píldora y el debate mediático y social sobre ella fue mucho más limitado, aunque no existiera ninguna prohibición legal relacionada con la anticoncepción. Además, el aborto fue legal y accesible de manera gratuita en la sanidad pública desde finales de los años cincuenta, poco antes de la aparición de las primeras píldoras anticonceptivas en el mercado polaco. Pese a esto – o quizás también por ello, la píldora no se convirtió en Polonia en un fármaco simbólico de la revolución sexual y mayor libertad para las mujeres como lo fue en los contextos occidentales, incluida España. Para muchas mujeres polacas, el aborto fue una útil opción para controlar la natalidad, sobre todo una vez alcanzado el número de hijos deseado. Aunque los profesionales polacos defendían la píldora como un método seguro siempre y cuando fuese utilizado bajo supervisión médica, el acceso a la píldora en Polonia fue desigual e inestable durante las dos primeras décadas de su circulación, sobre todo antes de que la industria farmacéutica nacional empezó a fabricarla en 1968. La limitada presencia de las farmacéuticas internacionales en el mercado polaco; la escasa priorización de la producción de la píldora por la industria local, y la importante presión de la Iglesia católica, divulgadora de la supuesta baja eficacia y graves efectos secundarios de la pastilla – todos estos factores contribuyeron al papel marginal de la píldora en el panorama anticonceptivo y social en la Polonia socialista.