En nuestro día a día debemos tomar una gran cantidad de decisiones, algunas de las cuales podríamos calificar de arriesgadas. Un claro ejemplo lo podemos encontrar en la conducción de vehículos. La presente tesis evidencia la importancia de la integración de procesos emocionales y cognitivos en la explicación del comportamiento de riesgo. Los conductores evalúan los peligros en carretera y adaptan su comportamiento a estas situaciones no solo desde un punto de vista racional, sino también a través de un componente emocional intrínseco a la propia situación. La relevancia de este factor emocional se hace especialmente evidente en situaciones de urgencia, en las cuales debemos responder de forma rápida y una elección incorrecta puede tener graves consecuencias. En el conjunto de publicaciones que conforman la tesis se ha trabajado con metodología multivariante, incluyendo registros autoinformados, variables de comportamiento y rendimiento cognitivo, conducción simulada, seguimiento ocular, electroencefalografía y resonancia magnética. A través de estas técnicas estudiamos cómo la emoción influye en procesos atencionales, perceptuales, motores, de aprendizaje y toma de decisiones con el objetivo de construir un modelo que ayude a explicar y prevenir el comportamiento de riesgo. La mejor comprensión de este tipo de conductas puede aportar grandes beneficios en el ámbito social, político y económico en cuanto que, el hecho de que se reduzcan los riesgos, se traduce en una reducción de la tasa de accidentes mortales y en un incremento de la seguridad y bienestar de la sociedad.